jueves, 19 de abril de 2012

Una noche más en Libertad 8

Volver a Libertad 8 siempre es especial, como cuando vuelves a casa después de un tiempo, y te sientes arropado; y un cúmulo de recuerdos te recorren el cuerpo, y sabes que ahí, has vivido.
Ayer volví. Rodolfo Serrano pondría los versos, Emiliano del Río los acordes.
Caminaba con prisa por las estrechas calles de Chueca, impaciente, nerviosa, ilusionada. Volvería a encontrarme con la poesía de Rodolfo, y al fin podría escuchar en directo a ese gran cantautor argentino que de un salto cruzó el charco para hacernos vibrar.
La noche prometía, y al final nos dio mucho más de lo esperado.
Al pequeño escenario no sólo se subieron este par de artistas, sino que por sorpresa allí terminaron siendo un grupo de amigos, que entre risas, música y palabras, llenaron el pequeño local.
Rodolfo, como siempre, nos dejó sin palabras con las suyas propias.Me recordó, una vez más, por qué a veces, me dejó llevar por las palabras, por qué son tan importantes para mí. Emiliano, acompañado al piano de Adán Latonda y Manu Clavijo al violín, nos hizo reír y suspirar.
Manuel Cuesta no podía faltar, con su voz (y su melena), con sus ansias de cantar, y cómo canta… Igualmente, Patxi Andión cogió la guitarra y nos regaló su canción. Y el arte, viene de familia. Lo dejó claro, Jon, su hijo, al poner voz en uno de los poemas de Rodolfo.
Apareció de pronto Luis Pastor, recitando “Qué fue de los cantautores” y pronto le tomó el relevo su hijo Pedro, rapeando como nunca antes había visto.
A mi lado, Pablo Guerrero. No sé cómo, pero deseaba que sus palabras me atravesaran y llegara el día en que pudiera escribir como él. Subió a ese pequeño escalón, y recitó con su voz ronca y su fuerza imparable.
Por último, Ismael Serrano cerró la noche cantando primero en solitario y luego con Emiliano. ¡Qué dúo! Indescriptible.
En fin… una noche mágica, en un lugar mágico, con la mejor compañía. Gracias a ese grupo (como yo digo, el de los viernes) por acogerme y cuidarme, por hacer que sienta que estoy en casa.
Nos vemos en el camino, en los bares… ¡Donde queráis!
Mil gracias, y otros tantos abrazos.

martes, 17 de abril de 2012

Te cree, y eras

No eras;
Pero te cree.
Hice porque fueras
En mis sueños,
El propio soñar.

Traté de imaginarte,
Hacerte palabras,
Crear versos
Con sonidos indefinidos,
Con sentimientos innombrables
Y amaneceres ilógicos.

Le escribí canciones
Al olor
Que dejas en las sábanas;
Sin saber aún las letras
Que forman tu nombre.
Porque no eras, pero te cree.

Llegó entonces tu olor,
El de verdad;
Y las siete letras
Que te nombran.
Y eras,
Como te había creado;
Y besabas, como había soñado.