Hoy Moncloa
se fundía en un sueño,
temblaba de frío.
Cogí el metro,
rumbo a tu cuerpo.
Billete de ida.
Lo siento,
no pienso volver.
En la estación
de tus brazos,
lloran los relojes,
atamos el tiempo
entre besos y sueños.
Hoy Moncloa
se fundía en un sueño,
temblaba de miedo.
Entonces,
apareciste tú.
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