sábado, 14 de septiembre de 2013

De ti y de mí


En el culmen de una existencia
En la que buscaba sin saberlo,
Encontré sin esperarlo.

“Volvime” así invulnerable,
Capaz de superar al mundo;
A ese que es mejor
Desde que tú eres tú,
Y yo soy yo,
Y en el fondo somos nosotros.

Ay de mí,
Cuando llenas la casa de risas;
Y la almohada de olores;
Y nos abandonamos
En caricias y besos.
Sin tiempo, sin final…

Ay de ti,
En esta tarde,
En que reina el silencio,
Y a mi espalda encajas,
Dando sentido
Al propio sentir.

Y en este rojo atardecer,
Ay de ti, ay de mí,
Ay del mundo
Que aún no sabe
Que…ufff…
Te encontré.

miércoles, 4 de septiembre de 2013

El caso es que...

Sé de tus olores
De ese que se queda en la cama
Cuando la dejas solo para mí.

Conozco a la perfección
Tus gustos, tus manías, tus miedos,
Tus ganas tras un abrazo a la espalda.

Lo sé todo de ti;
O tal vez no,
Sigues siendo el mismo,
¿verdad?

El caso es que…
Reconozco tu olor en el metro,
Y no estás.
Río tus gracias en mi mente;
Y vuelvo a respirar
Del aire de nuestros recuerdos,
Nuestros bares, nuestras playas…

El caso es que…
A menudo se me escapa tu nombre,
Y tal vez crea sentir tu tacto en la noche.
El caso es que también siento el dolor,
A fin de cuentas,
Una vez más,
Estás.


O quizá ya no.

martes, 2 de abril de 2013

Y es que llevo todo el día diciéndote Te quiero


El día, todo el día
Pasaría pensando
Cómo, cuándo y dónde;
Buscando el momento
El lugar perfecto,
La mirada precisa
Que dejara escapar
Ese “Te quiero”

Y es que quién fuera Ángel González,
Benedetti o Neruda
Para hacer palabras tus ojos.
Quien fuera Soroya,
Para dar luz al calor de tus manos;
Al tacto de tu espalda,
Al abrazo bajo las sábanas.


El día,
Pasaría el día entero
Buscando la caricia exacta,
La sonrisa perdida,
Los besos robados,
Esos que saben a vida y deseos.

La noche…
En la noche hazme un hueco,
Cúbrete los miedos,
Olvídate del resto,
Siente en un instante
Todos los Te quiero

domingo, 3 de febrero de 2013

Tiemblo

Tiemblo,
porque temo
a la fuente de los labios
que un día bebí;
al calor de las manos
que fueron mar de caricias y delirios.

Y tiemblo
si no lo tengo;
si no lo siento,
ni me sostengo.

Tiemblo,
y van por dentro,
dudas inciertas,
silencios cortantes,
ganas de más.

Y me encojo por dentro;
y se apagan mis miedos,
cada tarde de reloj,
cuando soy la espalda de la voz.

Y es tu piel marea viva
que juega con la arena de mi espalda;
que dibuja versos en mi orilla.

Tiemblo, y temo,
porque siento,
porque voy sin salvavidas,
directa al torrente de tus ojos.
Y es mi vida esta tormenta incierta que hoy alumbra.

Tiemblo a cada caricia,
al suspiro perdido,
a la voz en el silencio,
al querer y no saber.


Y tiemblo
si no lo tengo;
si no lo siento,
ni me sostengo.

Y si hoy tiemblo, ven.
Que no hay vida firme,
ni mar sin arena,
ni dudas infinitas.
Que si tiemblo, es porque
 no sé mirarte sin temblar.