lunes, 20 de abril de 2009


Si tuviese que contarle hoy mi vida a alguien, podría hacerlo de tal manera que me verían como una mujer independiente, valiente y feliz. Nada de eso: me está prohibido mencionar la única palabra que es mucho más importante que los once minutos: amor.
Durante toda mi vida he entendido el amor como una especie de esclavitud consentida. Es mentira: la libertad sólo existe cuando él está presente. Aquel que se entrega totalmente, que se siente libre.

Y el que ama al máximo se siente libre.

Por eso, a pesar de todo lo que pueda vivir, hacer, descubrir, nada tiene sentido. Espero que este tiempo pase de prisa, para poder volver a la búsqueda de mi misma, bajo la forma de un hombre que me entienda, que no me haga sufrir.

Pero ¿qué tonterías estoy diciendo? En el amor, nadie puede machacar a nadie; cada uno de nosotros es responsable de lo que siente, y no podemos culpar al otro por eso.

Me sentí herida cuando perdí a los hombres de los que me enamoré. Hoy, estoy convencida de que nadie pierde a nadie, porque nadie posee a nadie.

Ésa es la verdadera experiencia de libertad: tener lo más importante del mundo, sin poseerlo.

3 comentarios:

SoLe dijo...

guauuuu amiga!!! asi es, la libertad es tener las cosas sin poseerlas.
y como dice Saramago: " ...el amor tiene facil entrada, pero dificil la salida"
Pero animo chiqui estas en una edad complicada, queda mucho por vivir..y de las experiencias tanto buenas como malas, se aprende y mucho.-
No te exijas, tomate las cosas con mas calma! tenes un mundo para deborarte.
Te lo vuelvo a repetir por vez....mil uno creo que es,
RELAJATE Y GOZA ( de las simples cosas de la vida)
Te quiero y extraño!!

Besos

Rodolfo Serrano dijo...

Sí. Es verdad, pero tan difícil

Anónimo dijo...

La conclusión es muy buena. A veces es tan duro admitirlo, como dijo García Márquez: "la peor forma de añorar a alguien es estar sentado a su lado y saber que nunca lo podrás tener"